PUBLICACIONES DEL POETA JOSÉ ATUESTA M. a petición de algunos estudiantes de 7

DECIMAS AL POETA JOSE ATUESTA

POR EDUARDO GURRERO



I

Qué le manda uno a un poeta

el día de su cumpleaños,

unos regalos extraños

o una décima completa.

Decidió mi mente inquieta

enviarte con mucho juicio

por medio de este servicio

con un cariño especial,

un trabajo decimal

el día de tu natalicio.



II

Como tú eres decimero,

orgullo de Mariangola,

hoy tu misma arma enarbola

tu amigo Eduardo Guerrero,

y que te gusten espero

pues no tengo otro detalle

ni tampoco vi en la calle

algo especial para ti;

me armé en valor y escribí

al mejor poeta del Valle.



III

Mi fuerte es el improviso,

pero me armé de valor

para escribirte mejor

y salir del compromiso;

ya que Dios así lo quiso,

te mando desde estos lares

unos humildes cantares,

pero llenos de alegría

y así tengas un buen día

junto a Joaco y familiares.





Soledad, Atlántico, 8 de octubre del 2011.







CANTOS DE FALENA
Por José Atuesta Mindiola


Falena canta:

A la espuma que nada en su bañera

y deshace en el cristal de la mirada.

A Pastorcita, su oveja de felpa y de satín

que toca con su frente, abraza y le da vida.

A Manuelita, su agraciada muñeca

que parece reír

cuando cabalga en la jirafa de caucho.



Falena canta:

Al suspiro rosado de la cayena enamorada

que coquetea llamando al colibrí.

A los helechos de exquisitas formas

y de verde-verde, que se encelan de timidez

cuando las rosas abren sus pétalos.



Falena canta:

A la fuga intermitente del gatico

que juega persiguiendo a los fantasmas.

A la noche iluminada cuando la luna le sigue sus pasos.



Falena canta:

A los niños que llegan a saludarla

y con su mirada le muestra sus juguetes.

A sus abuelos que la arrullan

en el diván candoroso de los años.



(1982)


LA PAJARA Y EL ARBOL

Por José Atuesta Mindiola

I

Yo soy la pájara pinto,

te soy confidente y fiel;

mi garganta es un requinto

tan dulce como la miel.



II

Alegría son mis cantares

para ti verde gigante,

mi música es como el aire

que se siente en todas partes.



III

Sin mi presencia serías

un árbol tímido y triste.

¿Quién conoce tu alegría?

¿Quién ha escuchado reírte?



IV

¡Basta ya! Pájara inquieta,

calla tus necedades;

si tu canto es una orquesta,

mis ramas son tu hospedaje.

V

En mi sombra te refugias

sobre mi nacen tus hijos,

sin mí andarías en fuga

deambulando cual mendigo.

VI

Si tu corazón olvida;

pregúntale a tu nariz

por el aire que se respira,

para que te acuerdes de mí.

(1998)

JOSE ATUESTA MENDIOLA