Tomado de WIKIPEDIA |
La guitarra en la Independencia vallenata.
Por
José Atuesta Mindiola.
La
guitarra en manos de la trova juglaresca española
acompañaba al conquistador en el tiempo de descanso, porque
la música era la mejor manera para iluminar el silencio de la noche
y celebrar la victoria por las tierras conquistadas. Pero
en aquel glorioso día, 4 de febrero de 1813, cuando María
Concepción Loperena Ustàriz de Fernández De Castro
redacta y lee el acta de la independencia del Valle de Upar en el
Cabildo de
Justicia y Regimiento de esta ciudad, el júbilo por el magnífico
acontecimiento se prolonga hasta altas horas de la noche
y las guitarras en manos de cabildantes sonaron
acompañando las coplas libertarias.
Esa
noche las melodías de cuerdas tenían la frescura de
las brisas del río que pasaba muy cerca del Cabildo, y
en las flores de los cañaguates de la plaza quedaron impregnados
los primeros versos de cantores del Valle
de Upar. Nadie le cantó un verso al guerrero invasor ni a los reyes
de España. El espíritu independentista era el motivo del canto y en
la memoria del viento siguen sonando aquellos versos que
despertaron la magia musical de esta tierra. Hoy, 203
años después, ese histórico acontecimiento permanece casi
olvidado. En una calle de Valledupar se observa un gigante monumento
en honor al conquistador, pero a la heroína pocos la recuerdan.
Lo
cierto es que el nombre de María Concepción Loperena es un símbolo
de la vallenatía. El mejor homenaje a la heroína lo hizo el
Congreso de la República a través de la Ley 95 de
1940 que creó el Colegio Nacional Loperena. El Concejo de
Valledupar aprobó el Acuerdo 002 del 14 de febrero de
2004, que institucionaliza esta fecha histórica y ordena
izar la bandera municipal en todos los establecimientos públicos,
especialmente en los colegios.
Desde
esta columna, hacemos una invitación patriótica a las instituciones
educativas para que el próximo miércoles (4 de febrero)
realicen actos cívicos en honor a esta histórica fecha
y lean fragmentos del libro ‘Valledupar en el corazón de María
Concepción Loperena’ de la autoría de Blanca Añez Martínez.
Para quienes todavía
auspician controversias, porque el acta de la independencia en una de
sus partes, dice: “Pongo a disposición… 300 caballos que llevaré
personalmente al ilustre general Simón Bolívar...” En
nuestra opinión, son interpretaciones sesgadas del
texto tratar de poner en duda la nobleza de ese gesto
patriótico. La hipérbole es una de las expresiones
más comunes en el lenguaje de los líderes cuando están
frente a una multitud, es una forma de motivar y despertar el ánimo.
En ningún momento dijo 'llevé' o 'entregué'; dijo con firmeza,
"llevaré"; la
heroína habla en tiempo futuro. Mejor
superemos esas discusiones retóricas, y evoquemos aquellas guitarras
del 4 de febrero de 1813 para que vuelvan a cantar un son
de paz, como tanta veces cantó Hernando Marín.