«Esta tarde vamos a hablar de la relación entre el periodismo y el lenguaje». Con estas palabras Antonio Caño, director del diario El País, ha presentado a los asistentes que llenaban la pasarela Miguel de Cervantes de IFEMA el tema principal de la entrevista que ha mantenido con el escritor y académico Mario Vargas Llosa en una de las sesiones de hoy del Foro Internacional del Español (FIE2015), que se clausura mañana.
Lo primero que ha abordado el premio nobel de literatura ha sido su temprana relación con la profesión periodística: «Empecé haciendo periodismo muy joven, con quince años, en el colegio. Andaba, como muchos jóvenes, con una vocación literaria viendo qué carrera alimenticia podía seguir, y, en algún momento, pensé que el periodismo podía ser esa carrera complementaria a la vocación literaria».
Fue, ha continuado Vargas Llosa, «una experiencia fascinante, porque me dio unas imágenes y unos recuerdos que, después, fueron materia prima de una de mis novelas. Desde entonces, he seguido ligado al periodismo, pasando por distintos medios y por casi todas las secciones de un periódico. Ha sido, en efecto, una actividad paralela a mi trabajo de escritor».
PERIODISMO Y LITERATURA
A continuación, Vargas Llosa y Caño han hablado sobre el tipo de lenguaje utilizado en el periodismo y en la literatura. El escritor hispanoperuano ha remarcado la «gran diferencia» existente entre ambas actividades. «El periodismo exige un lenguaje que llegue directamente al lector, que no suponga una barrera entre este y el escritor, mientras que en la literatura, en muchas ocasiones, es el lenguaje el que crea la historia». De este depende, ha añadido Vargas Llosa, que «esa historia esté viva o muerta, que sea intensa o no». Son dos maneras diferentes de utilizar el lenguaje, resumidas «en que el lenguaje periodístico es un medio en tanto que el literario es, al mismo tiempo, un medio y un fin en sí mismo».
Antonio Caño ha añadido, al respecto, que «en ocasiones, el periodismo y la literatura se estorban», aunque «hay casos en que el periodismo ha sido una gran escuela para futuros escritores, como con Ernest Hemingway».
El siguiente asunto propuesto a Vargas Llosa por Antonio Caño ha sido si el periodismo actual está mejor o peor escrito que el de antes. El premio nobel de literatura ha observado, primeramente, que «en ciertas épocas periodismo y literatura se confundían». Ha recordado su interés por «el Quijote gracias a La ruta de don Quijote, un reportaje de Azorín que es, a la vez, un reportaje maravilloso y una obra literaria preciosa por su elegancia y lo bien que están escritas esas crónicas». Esa generación de Azorín, además, contaba «con grandes escritores que eran, a la vez, grandes periodistas».
REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA
Entre las consecuencias visibles de la última revolución tecnológica, Vargas Llosa ha destacado dos: «La abundancia y diversidad de la información es tal que se ha perdido la jerarquización de las noticias. Además, la vulgarización y la falta de objetividad permiten la manipulación de la información». No obstante, gracias a esta revolución, hay una interconexión entre todo el mundo que «ha permitido consolidar un idioma que hablamos quinientos millones de personas. Este fenómeno [la expansión del castellano] nadie lo creó, planificó ni fomentó: es espontáneo. El español, con su gran divulgación, nos ha servido para acercarnos a otras sociedades semejantes con las que compartimos ese denominador común, lo que es un privilegio; de ahí que no haya que poner trabas a la lengua».
El gran éxito de la revolución tecnológica, ha continuado Vargas Llosa, es que «la información no se puede controlar por el poder político». La cultura en general está, además, al alcance de todos. Sin embargo, ha advertido el académico de la RAE, «si esa cultura democrática está tan condicionada por la tecnología hasta el punto de exigir la superficialidad y la banalidad, esa es una cultura deformada, que puede manipular al ciudadano, privándole de su espíritu crítico».
FUTURO DEL PERIODISMO
Por último, Antonio Caño ha planteado a Mario Vargas Llosa si existe la posibilidad de que desaparezcan tanto los periódicos impresos como los libros en papel. El escritor hispanoperuano ha asegurado que «puede que se reduzca tanto el público lector que los libros sean marginales. Para los periódicos es, todavía, más grave, porque es más rápido». Si ese proceso no se detiene ,«el resultado es trágico para la cultura de la libertad. Soy temeroso de que la cultura de la pantalla sea solo de entretenimiento. La tecnología tiene cosas muy positivas, pero las imágenes no producen el mismo efecto que el mecanismo de transformar las palabras en imágenes».
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